Deberíamos ir acercándonos a un nuevo paradigma caracterizado por la cooperación, la conservación, la solidaridad y la búsqueda del bien común
El mundo no es tal como nos es dado sino que lo construimos entre todos y esto nos coloca en situaciones de responsabilidad compartidas. Como dice un proverbio africano “para educar a un niño hace falta un tribu entera”. Todos somos responsables de la educación de los niños que se crían en nuestro grupo social y todos, cada uno desde su puesto en la sociedad, debe retomar su papel y enseñar a vivir.
Así pues, deberíamos reordenar los valores que sustentan nuestro mundo. Frente al paradigma actual caracterizado por el dominio, la exclusión, la cultura del descarte, el individualismo… deberíamos ir acercándonos a un nuevo paradigma caracterizado por la cooperación, la conservación, la solidaridad y la búsqueda del bien común. Pero las ideas no cambian el mundo, son las personas…
La pobreza, la corrupción, la crisis ecológica, la violencia de género, la conciencia tecnocrática y la desintegración de las familias, son algunos de los problemas que aquejan hoy en día a nuestra sociedad. Es innegable que son hechos de la vida real que afectan directamente al desarrollo físico, emocional, intelectual y moral de la gran mayoría de los niños que nacen en esta cultura global y la solución está en que la sociedad en su conjunto recupere la función educativa.
El momento presente nos exige ser creativos, para ello se necesita saber mirar y reflexionar lo que pasa… La creatividad no es cosa de mediocres, tampoco de genios ni iluminados.
Continuamente escuchamos y decimos que la educación está en crisis. Y creo que es real y también sugiere que hay una crisis de la pedagogía reinante. Si la educación transforma a la persona tenemos una ausencia de respuestas para esta transformación, o mejor dicho ¿estamos los docentes preparados para dar respuesta a las necesidades de nuestros alumnos, a llenar el vacío existencial que expresan? (recordemos los resultados de los dos encuentros de Scholas Ciudadanía en Granada, donde conmovió la desesperanza y pesimismo que expresaron los 150 jóvenes de diferentes barrios y realidades de la ciudad).
El momento presente nos exige ser creativos, para ello se necesita saber mirar y reflexionar lo que pasa… La creatividad no es cosa de mediocres, tampoco de genios ni iluminados. Es ofrecer a la comunidad lo mejor de nosotros mismo. Y no es posible crear sin creer (Papa Francisco).