En este último número de este curso académico tan difícil y desconcertante, tenemos auténticas vivencias, los esfuerzos, los sueños y las metas de compañeros que avanzan en ese camino que escogieron, algunos, hace más de cuatro años.
En 1968 se publica Poemas póstumos de Jaime Gil de Biedma. El poema “No volveré a ser joven”, breve, pero inmenso e intenso, nos dejaba uno de los versos más recordados del poeta: “que la vida iba en serio…”. Las huellas, nuestras vivencias, académicas y personales, nos demuestran que así es, que la vida sí que va en serio.
El estudiante de Magisterio estudia esta carrera porque ama la educación
¿Cuántas veces hemos escuchado eso de, “en serio” vas a estudiar Magisterio con esas notas tan altas? ¡Ay! ¡Cuántas vacaciones tienen los docentes…! No nos importa, nos duele un “poquito”, pero los que nos dedicamos a esta profesión tan enriquecedora y maravillosa en todos los aspectos nos vemos recompensados a diario, aunque, claro está, los sacrificios y los tropiezos con las piedras del camino aparecerán en ocasiones. El estudiante de Magisterio no estudia esta carrera porque “le gusten los niños”, la estudia porque ama la educación, así como recoge el título de nuestra revista: Educar es amar.
Como comprobaréis es un número de lujo para cerrar este curso académico de la mejor forma posible. Y ahora, te toca, ¿te has dado cuenta de que la vida va en serio?
Si estás interesado/a en participar en los siguientes números, contacta con el profesor Enrique García Jiménez o con Javier Viñayo Blanco.