Hace falta volver a lo antiguo sin perder de vista todo lo nuevo
Segunda entrega de la profesora Pilar Martín Madrid sobre música que no hay que dejar de escuchar…y apreciar

Porque fueron y son más que música. Porque, en algún aspecto, representan la historia del ser humano, porque cambiaron algo o porque motivaron a que otros cambiaran cosas. Y, para entender qué las hace especiales, os dejamos una pequeña explicación de cada una de ellas en varios post que iremos publicando en el blog. Así que, sin más orden ni concierto, aquí tenéis las 20 primeras. Todas ellas las podéis escuchar en una playlist de Spotify del CMLI.

11. SCORPIONS. Wind of change (1991)

La letra de esta canción habla sobre el final de la Guerra Fría, con la caída del muro de Berlín en 1989, y de los tiempos de cambio que vive Europa a principios de los 90 con su progresiva unificación. Scorpions, uno de los mejores grupos de hard rock de la historia, publicó esta power ballad (nombre con el que se conocen a las canciones más lentas y “limpias” a nivel sonoro del rock) en 1991, convirtiéndose pronto en un himno por la paz, de la cual grabarían posteriormente dos versiones más, en ruso y en castellano.

Wind of change – Mercury Records

12. I. STRAVINSKY. La consagración de la primavera. Introducción (1913)

La consagración de la primavera es un ballet rompedor que, con su música y puesta en escena disonantes y vanguardistas, cambió la historia de la música y abrió la música a nuevas sonoridades. Sin embargo, el día de su estreno en París volaron, literalmente, sillas al escenario. Los abucheos de los asistentes se convirtieron en gritos y silbidos conforme avanzaba la representación, lo que provocó que se tuviera que cancelar en mitad del segundo acto y que Stravinsky tuviera que salir por patas del teatro.

13. MICHAEL JACKSON. Thriller (1984)

Thriller representa perfectamente la estética sonora del pop de los 80, en el que predominaban los sintetizadores y los ritmos electrónicos. Además, la canción se caracteriza por incluir sonidos extramusicales y propios del cine de terror, como crujidos de puertas y aullidos. Su videoclip, de 14 minutos de duración, supuso una nueva forma de concebir los vídeos musicales, que pasaron de ser (en la mayoría de los casos) de una simple presentación de la canción en la que aparecían los músicos en escena tocando, a un producto audiovisual completo que, utilizando numerosos recursos cinematográficos, fue proyectado en televisiones y cines.

Thriller – Sony Records

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